Things to Do in Pensacola
The Pensacola Bay Area is famous for its natural beauty and historic culture - yet it never stops accommodating the latest attractions and events.
Si piensas en la Costa Esmeralda de Florida, seguramente lo primero que te viene a la mente son sus playas de arena blanca y aguas turquesa. Y sí, Pensacola tiene eso… pero también tiene historia, gastronomía y una vibra que mezcla lo costero con lo colonial. En nuestro road trip desde Houston tuvimos 3 días para recorrer la ciudad y nos sorprendió todo lo que ofrece más allá del mar.
Bueno, y es que esta ciudad tiene una arquitectura especial. Caminando por Palafox Street, su calle principal, te das cuenta de que más que una calle es una experiencia. Está en el corazón del centro y ha sido nombrada como una de las más bonitas de Estados Unidos. Nosotros la recorrimos sin prisa, entrando a lugares que llaman la atención, como Café Rex, una cafetería muy cool dentro del histórico Teatro Rex, perfecta para una pausa con café. También paramos a comer en Dog House, famoso por sus hot dogs creativos, y cerramos con un helado en Kilwins. La calle tiene esa mezcla de influencias españolas y francesas que se siente en sus edificios y en su ambiente, ideal para disfrutarla con calma, comiendo, tomando algo y dejando que el día pase.
Otro lugar que no podíamos perdernos fue el Seville Quarter. El concepto y la arquitectura son espectaculares, literal es como entrar en otro mundo. Se trata de un conjunto de edificios históricos que hoy funcionan como restaurantes, bares y espacios para eventos, todo con un estilo que recuerda a Nueva Orleans por sus patios interiores y su ambiente. Caminamos por sus pasillos llenos de detalles y ya nos imaginamos lo bien que se debe poner de noche. Seguro regresaremos para disfrutar de una buena fiesta en alguno de sus bares.
Otra cosa que nos sorprendió de Pensacola es que, además de su gastronomía local, también encuentras opciones internacionales, incluso latinas. Nosotros aprovechamos para probar la comida peruana en Doncha, un restaurante que ha ganado premios por su propuesta gastronómica y que, después de visitarlo, entendimos por qué. Los sabores estaban auténticos, las porciones generosas y la atención impecable. Es uno de esos lugares que demuestran que en Pensacola se come bien de muchas maneras y que vale la pena incluir en la lista de paradas obligatorias.
Y, obviamente, lo que no podía faltar en este viaje era pasar un día en Pensacola Beach, una de las playas más reconocidas de la Costa Esmeralda y considerada entre las mejores de Florida por su arena fina y blanca y ese mar turquesa que parece de postal. Llegar es muy fácil, la playa está conectada por un puente desde el centro de la ciudad y cuenta con áreas amplias para caminar, nadar o simplemente tirarse en la arena y desconectar.
Nosotros decidimos quedarnos todo el día, jugamos en la arena, descansamos bajo el sol y aprovechamos para recorrer un poco la orilla. El agua es tan clara que se puede ver el fondo incluso a varios metros de la orilla y la temperatura cuando fuimos estaba perfecta, es increíble ver ese color turquesa del agua.
Pasar un día aquí es el cierre perfecto para un viaje a Pensacola. Es ese momento para bajar el ritmo, disfrutar juntos y dejar que el mar haga lo suyo. Y si puedes quedarte hasta el final del día, el atardecer en Pensacola Beach es impresionante: el cielo se tiñe de tonos naranjas y rosados sobre el mar turquesa, una imagen que cierra la jornada de la mejor manera. Si visitas la ciudad, dedicarle un día completo a su playa principal no es opcional, es parte de la experiencia.
Pensacola nos encantó, es mucho más que sus playas, es historia, es cultura, es buena comida y buena vibra. En tres días pudimos conocer desde su pasado colonial hasta su hermoso mar. Nos fuimos con la sensación de que hay mucho más por descubrir y, definitivamente, volveremos.
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